CRÍTICA: EL VIAJANTE (Asghar Farhadi, 2017)





La incapacidad de la vergüenza
  Crítica de El Viajante (Asghar Farhadi, Irán, 2017) por Pedro Parés.

Después de divagar por Francia (Le Passé, 2013), Farhadi vuelve a su país de origen, Irán, que cinematograficamente le debe tanto. Como también reconoce aquel polémico crítico español, más de uno se ha echado una buena siesta con una cinta persa, sin embargo, en los últimos años directores como Abbas Kiarostami (Primer plano, Copia Certificada) al quién tanto alabo Godard, y sobre todo el ya mencionado Asghar Farhadi, una gran cantidad de nuevos cinéfilos voltean la cabeza hacia este cine. "Nader y Simin, Una separación (2011)" fue un importante punto de inflexión. Una magistral obra que sigue siendo considerada como una de las películas de la década.

Si algo diferencia a este director con el resto sus compatriotas es la importancia del guión, que maneja todos los hilos y guía el total ritmo de sus películas, en el cine iraní antiguo era muy típico el uso excesivo de metáforas visuales, muy poéticas, que estoy seguro que algunos apreciaran pero se hacían igualmente muy pesadas para el resto.



Sin abandonar mucho el hilo, aquí Farhadi vuelve a escribir un guión sobre un matrimonio, que esta vez se ve obligado a abandonar su apartamento por la posibilidad de que este se derrumbe, la pareja se muda a otro sitio gracias a la ayuda de un conocido que tenía un piso de alquiler. Pero las desgracias parecen perseguirlos: ya que la esposa, Rana, es victima de un ataque provocado por un visitante inesperado que entra a la casa pensando que la anterior inquilina (con un trasfondo oscuro) seguía ahí.

El resto de la película nos muestra como la pareja tiene que lidiar con este hecho, la esposa quiere recuperarse y superar lo ocurrido mientras que su marido busca al culpable. Lo interesante es que no se siente tanto como una película sobre venganza, si no también se enfoca en la frustración, la ira, acerca lo que paso y más aún sobre la impotencia desde el punto de vista del marido. Su esposa está traumatizada. Él no sabe exactamente que paso. Los vecinos hablan sobre ello. Y no puede acudir a la policía, porque a su esposa le avergüenza la situación. Ademas de sentirse las diferencias culturales y religiosas, sin caer en lo desconocido por la audiencia extranjera.

Muy bien merecido el premio al Mejor Actor en el Festival de Cannes para Shahab Hosseini (su transformación es brutal) , y la actriz Taraneh Alidoosti no se queda atrás. Como hemos visto durante toda su filmografía, sus personajes no parecen personajes, si no gente común envuelta en estos problemas, el realismo es fuera de este mundo.

Mis problemas con "El Viajante" creo que tienen que ver con ese paralelismo con el mundo del teatro que no llegue a entender ni valorar del todo. Y una recta final que a pesar de encantarme ese mensaje sobre la vergüenza (el póster de "Skammen" de Bergmann es un Easter Egg fantástico) se me hizo un poco telenovelero en donde también se prolonga de más, no se pierde contundencia pero creo que se pudo haber recortado el metraje al menos quince o diez minutos. Esto no priva de convertirla en un filme que hay que ver sí o sí; para reflexionarla y para apreciar el cine de un hombre que cada vez más se afianza como uno de los más relevantes de la actualidad.